BHO, Dab, Wax: Guía completa de concentrados de cannabis

Lejos de las técnicas ancestrales y naturales de extracción del hachís y el charas que se originaron en Persia y la India, los métodos actuales son mucho más sofisticados y a menudo se basan en procedimientos científicos. Como mencioné antes, hoy en día hay dos técnicas de extracción principales: con o sin disolvente. En otras palabras, la separación de los cannabinoides del resto de la planta puede hacerse ya sea químicamente, utilizando disolventes, o naturalmente, en seco o con agua (técnicamente un disolvente pero no considerado como tal en la industria del cannabis).

En nuestro caso, el disolvente no es más que un líquido utilizado para separar los tricomas (las glándulas de resina que contienen los cannabinoides) y los terpenos del resto de la flor de cannabis. Una vez efectuada la separación, el resultado es una mezcla de estos cannabinoides y de disolvente residual. El residuo de disolvente deberá ser eliminado, ya sea por evaporación, succión o manualmente, ya que se considera no apto para el consumo.

El vasto mundo de la extracción química reúne así numerosas técnicas con múltiples disolventes (butano, propano, dióxido de carbono, etanol) que permiten obtener concentrados de formas igualmente variadas, desde la cera BHO hasta el aceite de CO2, pasando por la tintura en gota. Y es allí donde todo se complica. Les dejo aquí un pequeño resumen de estos diferentes procesos que espero aclare cualquier confusión en sus mentes curiosas y hambrientas de conocimiento.

Muy popular en la actualidad, el BHO, que significa Butane Hash Oil, es un concentrado muy poderoso que se obtiene, como su nombre lo indica, disolviendo los cannabinoides en el butano. El producto final es una sustancia resinosa más o menos líquida que puede estar altamente concentrada en THC (hasta 80-90%) y destinada a ser dabbeada o vaporizada.

La consistencia del BHO varía según el proceso de post-extracción elegido para purgar el disolvente. Las técnicas de acabado determinan así el aspecto, la consistencia y el nombre del producto final.

Entre los más  usuales podemos encontrar:

Siendo uno de los tipos de concentrado más conocidos, el wax se obtiene mediante un sistema de extracción en circuito cerrado. Luego se calienta a baja temperatura y se bate vigorosamente a mano para eliminar cualquier residuo de disolvente. La cera es generalmente más seca y más quebradiza que el budder.

La Budder no es más que cera que ha sido un poco más calentada, un poco menos batida y tiene un mayor contenido de humedad. El resultado es una consistencia más pastosa y maleable en comparación con la cera más sólida y desmenuzable.

Shatter es una palabra inglesa que significa "hacer añicos". Su apariencia se asemeja al vidrio. Su consistencia dura y su aspecto translúcido  se obtiene al pasar el aceite concentrado por un horno de vacío (una especie de secador súper sofisticado). Dependiendo de la variedad, puede ser más o menos suave al tacto. El Shatter es conocido por ser uno de los concentrados más puros conocidos.

Hay que señalar que estos 3 tipos de concentrados pueden fabricarse con otro método de extracción diferente al butano (en particular el PHO, con propano), pero el primero sigue siendo el más común.

Disolver la hierba en alcohol, especialmente en alcohol isopropílico y etanol, es otro proceso para obtener concentrados. Este método de extracción se considera uno de los más seguros, pero requiere un control preciso de la temperatura para obtener un resultado perfecto. La extracción con alcohol isopropílico también se llama aceite ISO, "QWISO" (Quick Wash ISO porque es un método rápido) o ISO Hash Oil (como el Butano Hash Oil).

Las extracciones sin disolventes se acercan más a los métodos tradicionales de producción de hachís. Estas técnicas consisten esencialmente en la recolección de tricomas mediante un proceso de separación manual. Aunque no son tan selectivos y precisos como algunas extracciones a base de disolventes, estos procesos dan como resultado un producto final natural y menos alterado.

Repasemos las principales formas de extractos sin disolventes:

Este es el proceso de extracción más simple y tradicional. Consiste en filtrar los tricomas cerniendo las flores de cannabis a través de un tamiz. El kif tiene una consistencia polvorienta y un tono más o menos marrón o anaranjado lo cual está determinado por la intensidad de las condiciones de tamizado y almacenamiento.

Un método (también muy antiguo) de procesar el kif por compresión, que da como resultado un producto más condensado y sólido. El nombre puede variar según la región en que se produce en el Oriente Medio, la India o Nepal.

El Bubble hash también es conocido como WaterHash , o  Full Melt. Se extrae con agua helada y varias bolsas de filtro llamadas ice-o-lator o bolsas de burbujas. El concentrado se tamiza y se seca para eliminar cualquier materia vegetal residual y evaporar el exceso de agua. El resultado es un producto extremadamente rico en cabezas y tallos de tricomas (hasta un 70% de THC).

La Rosin Tech o colofonia es la última técnica de extracción sin disolventes conocida hasta la fecha. Consiste en calentar suavemente los tricomas poniéndolos bajo presión para extraer el aceite. Éste es entonces prensado para hacer una resina más compacta y sólida. Esta técnica es simple y se utiliza a menudo para dabbear naturalmente.

Lógicamente, los concentrados a base de disolventes se consideran en general menos naturales y, por lo tanto, menos saludables que los extraídos en seco o con agua y sin separación química. La razón principal de esto es que los disolventes pueden dejar residuos incluso después de haber sido purgados.

Dab, dabbear, dabbing… son términos que seguramente habrás escuchado. Pero ¿Qué significan?

Procedente directamente de Estados Unidos, el dabbing se considera la práctica más común para vaporizar la cera, el budder y otras resinas. El término "dab" puede traducirse como "toque", significa "aplicar algo en pequeños trazos" o simplemente poner "un poco de algo". Una pequeña cantidad de concentrado dabbeado es suficiente para colocarse.

¿En qué consiste?

Ya sea portátil o de mesa, el vaporizador es otra forma muy efectiva de consumir concentrados. Los vaporizadores de concentrados te dan la posibilidad de ajustar la temperatura de calentamiento, lo cual es perfecto para adaptarse a las diferentes consistencias de los extractos (wax, budder, shatter...) y a sus diferentes puntos de combustión. Este método es ideal para los novatos quienes podrán controlar perfectamente la intensidad de la vaporización.

Algunos vaporizadores de hierbas secas pueden contener concentrados con la ayuda de un pequello bowl en el cual se ponen los extractos.

A continuación les dejamos una lista de vaporizadores compatibles con los concentrados:

Es considerado menos eficaz para la vaporización. Ésta técnica es muy simple, se añaden los concentrados a la hierba que usted fuma, ya sea  con un bang o una pipa.

Los concentrados ganan adeptos rápidamente  por  las múltiples razones de las que ya hemos hablado.

Primero que todo, son mucho más fuertes que la flor, lo que permite consumir cannabis de forma más económica ya que las dosis son más pequeñas. La fuerte concentración de cannabioides,  como el THC y, especialmente, el CBD, permite también una aplicación medical más apropiada y alivia  más eficazmente los dolores.

La diferencia de sabor entre los extractos y las flores también es bastante clara. Esto se debe a que además de la alta densidad de cannabinoides, también hay una alta concentración de terpenos (las moléculas que producen el aroma y el sabor distintivo de la hierba). La vaporización de los concentrados permite a los consumidores apreciar mejor el sabor de los terpenos que cuando se mezcla con otros materiales vegetales combustibles.

Parece que el futuro del cannabis va a encaminarse hacia esas formas concentradas más potentes, tanto para uso recreativo como médico.